La superación de un suceso fuerte, a través de un sueño.

Hoy quiero compartir con ustedes algo muy personal mío. Se trata de mis sueños. No sabéis cuán bien me he levantado hoy... con qué fuerza, alegría, vitalidad y ganas de comerme al mundo.

¿Qué son los sueños? Para el psicoanálisis, el sueño es la forma de poder realizar aquellos actos reprimidos. Marta Morales, científica, ha descubierto que "los sueños se producen como resultado de un complicado proceso que implica a los recuerdos y al hipocampo, una región del cerebro asociada a la memoria, según ha podido determinar una investigación de científicos canadienses. (...) Una de las características de los sueños es que rara vez, excepto en casos de problemas postraumáticos, reflejan una experiencia completa. Una idea, un objeto, una textura que hemos percibido durante el día, es lo que en realidad aparece mayormente en nuestros sueños. "

Antes, soñaba que el monstruo me perseguía y me hacía cosas. Mis sueños se repetían. Todas las noches eran las mismas tres pesadillas.  Andaba rodeada de gente y, de repente, una gran sombra negra de un hombre, cuyo rostro no podía ver, me perseguía. Yo pedía ayuda pero todos se encerraban y todos, hasta mis padres y familiares, me dejaban sola. Finalmente, el monstruo me atrapada. Lo peor de todo, es que cuando él me atrapaba me levantaba llena de sudor y no podía abrir los ojos. Tenía que ir con los ojos cerrados al servicio para limpiarme bien los ojos. Era una experiencia horrible tener esa pesadilla, despertar y aún no poder verte en la habitación, sino pensar que  el monstruo podía estar ahí. Y peor aún era limpiarte la cara y tener que ver en el espejo tu rostro y, quien sabe, si el monstruo estaría detrás y también se reflejara en el espejo.

Conforme fui avanzando, conforme fui queriéndome y ayudándome y dándome una oportunidad... Terminaron las pesadillas. Ni siquiera tenía sueños. Al tiempo, volvieron las pesadillas. Ya no era la sombra de un hombre, sino mi monstruo. Ahora ya no ocultaba su rostro, sino que se mostraba. Trataba de hacerme daño y yo me defendía. Gritaba y trataba de pegarle para poder huir. No lo conseguía.

Pero con el tiempo, el miedo y otras muchas cosas fui superando. Entonces volvía a soñar con el monstruo y ésta vez conseguía pegarle. Tenía mucho miedo aún. Pero conseguía defenderme. Podía gritarle y decirle que no le tenía miedo y podía pegarle. Sentía mi miedo pero también sentía su miedo.

Hoy todo ha cambiado.  Volví a soñar con el monstruo. Me encaré a él, le dije todo lo que me hizo, le dije  la clase de persona que era, le dije todo lo que pensaba de él, le dije que no le tenía miedo. Y es que no le tenía miedo. Le dije todo. Todo. Todo lo que me guardé y siempre quise decirle. Y noté su miedo. Su cara cambió. Tenía miedo de mí. Y yo era valiente. Él trataba de razonar conmigo y yo le decía "NO TE ACERQUES A MÍ PUTO ASQUEROSO PEDERASTA". Y la gente pasaba y nos veía. Él se ponía rojo y yo no tenía vergüenza. Quería que todo el mundo lo supiera porque no tenía por qué sentirme avergonzada de nada. Eso no le gustaba a él. 

La gente me sonreía y le miraba mal. La gente estaba orgullosa de que yo le gritara, me pudiera expresar y le pudiera decir todo. Inclusive lo denuncié.  Él estaba asustado de mí y me pedía compasión mientras yo le decía que él nunca la tuvo conmigo y que seguramente habría atacado a otras.

El juicio fue mal. La juez fue muy cruel conmigo, me dejó en ridículo delante de un gran tribunal y como una mentirosa, lloré mucho y él salió absorto debido al tiempo. Pero, a pesar de todo eso, salí del juzgado repleta de felicidad. Había superado todos mis miedos y había hecho todo lo que tenía que hacer. No lo denuncié para que le condenaran, sino que lo había denunciado para que contara como un caso más de abuso, para que supiera que no había ganado la partida. Encontré a un viejo amigo al cual ya no hablaba y le abracé. Estaba trabajando y le dije que si buscaban a otra persona. Tenía ganas de volver a empezar una nueva vida. Miré al horizonte sonriendo.... y me levanté.

Los sueños ayudan a superar sucesos traumáticos. A mí, estos sueños me demuestran que cada vez soy más fuerte y que tengo yo el poder. Que cada vez voy superando y olvidando todo el pasado porque mi presente está sanando.

No me importa lo que digan. Los sueños curan. Te quitan odio, rencor, miedos y todo lo almacenado. Te los produce también... pero también te los quita. Yo hoy no siento rabia, pena, rencor... No siento nada. Hoy es el primer día que estoy.... normal ¡Normal! Sin ningún sentimiento negativo ni positivo. Simplemente, 

hoy soy feliz. 

 Publicado por C.A.S.