Olivia.

Ella camina con los hombros agachados y la espalda ligeramente curvada. Es pequeñita y delgadita. A su espalda lleva todo lo que le pasó y todos sus pecados. 

Un día, Olivia ya no quiere cometer más pecados ni arrastrar los problemas de pequeña. Intenta solucionarlos. Se encamina entonces en un largo camino desprendiéndose de todo lo que no es ella y tratando de construirse ella misma. Por el camino, estoy yo, que también he descubierto lo mismo que ella. Juntas, el mundo era maravilloso. Juntas, nos ayudábamos a superarlo...

Un día llegó lo negro. Y se llevó todo. 

Olivia comenzó a martirizarme y a hacerme sentir peor sin darse cuenta, mientras ella y el mundo me iba abandonando. 

Me encontré sola.

Ella intentó arrastrarme y llevarme a su lado. Pero no pudo. Exigía más de lo que yo podía darle y no comprendía que si pudiera le hubiera dado todo lo que ella quería... pero no podía.

Todo se fue.

El tiempo pasa y hay cosas que no se olvidan. No puedo perdonar. 

Yo sé y sabía que estaba perdiendo a una gran persona... Pero no podía hacer nada. Si hubiera podido, lo hubiera hecho...

Ahora el tiempo...

no sé que me dice. 

Un día si, otro día no.

El tiempo me dice que vaya a por ti; el tiempo me dice que ya pasó mucho tiempo; el mundo me dice que cambie totalmente mi vida; el mundo me dice que no perdone; el mundo me dice que perdone... El mundo soy yo con las ideas no claras. Y el tiempo es todo el año que ya pasó sin haber hecho nada.

Por eso un día perdí a Olivia. Porque yo quise. El mundo me lo pidió. El tiempo me lo exigió. Pero en mi corazón, ella sigue siendo mi amiga. Yo la sigo queriendo.

Aunque a veces querer no es suficiente.

Adiós, adiós.

Publicado por C.A.S.

P.D.: Esta página y este título, lo creamos las dos. Era nuestro intento de ayudar y ayudarnos... La primera página desapareció y al tiempo yo la creé sola.




Siento mi ausencia, tengo muchas cosas que hacer. Prometo arreglarlas y volver.