domingo, 26 de junio de 2011

QUE HICE...


 

Que hice mal,que no aprendía,qué culpa tuve yo...
No pedí la vida ,no pedí estar,no pedí amar...
Cumplí mis obligaciones,amé,obedecí y respeté.
no recibí lo mismo,no sentí amor,ni respeto,sólo acepté...
Más aún así todo era poco,nada valía,nada veía,
y en los años elementales siempre me preguntaba si algún día
sería algo lo suficiente aceptable para hacer notar que estaba ahí...
Todo lo que emprendí culminé,todo lo establecido acepté,
para todos servía como el lacayo más fiel y no encontré...
No llenó mi pequeño corazón ni me dio alguna emoción
que contuviera mis ansias por mostrar que estaba en frente...
En la desolación de la ignorancia y de la carente buena gente,
distinguí ser algo de ser alguien,eso no lo podía arrebatar ni con mil años de olvido y abandono,
ante lo que se procesa en el desamparo nace la lucha constante por sobrevivir y conocer de otro modo,
entender que no hay respuestas para tantos por qué ardientes que se implantan para quemar por dentro,
no se obliga a amar,no se obliga a callar ,no se obliga a odiar,no se obliga a no sentir...
Un niño es el don de la vida ,la esperanza del mañana no se mide con una vara ni se olvida que existe,
en el desarraigo del robo y del dolor crecerá la devoción por vivir,por conocer lo que no tuvo de frente
sin encontrar respuestas ya que ninguna enmienda el daño ni borra lo que sus ojos apartaron,
dejando a un lado la infancia y enfrentando la vida,permitiéndose sentir,liberando lo que no capturaron...

2 comentarios:

  1. Nery me has hecho llorar con esta entrada, que hice... si que hice? que fue lo que carcomio su cerebro en que momento pensaron que estaba bien o podrian salirse con la suya.
    Hay algo que yo siempre he pensado con respecto a mis hijas, e tenido muy en claro que son mis hijas pero por ningun motivo me pertenecen, yo las respeto y trato como me hubiera gustado que me tratasen. Las adoro con todo mi corazón y atesoro cada momento que paso con ellas.
    Se que nunca voy a ser la madre perfecta, porque todos nos equivocamos, pero tengo muy en claro que nunca las traicionare.
    Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  2. Hoy precisamente iba de camino a casa al terminar el trabajo y vi a una pequeña niña que se parecía muchísimo a mí. Blanquísima, con los ojos azules y el pelo corto y con tirabuzones. La veía andar cogido de la mano de su mamá, con un vestidito precioso y dije que la infancia era lo más precioso que había y no quería que ni a esa niña, ni a ningún niño, le pasara nada.
    Yo he dejado de preguntarme qué hice. No hice nada. Me trajeron al mundo y nací. Nada más. Yo sólo fui una niña como otra cualquiera con la diferencia de que a mi lado había un monstruo que quiso que fuera diferente a los demás.

    Un besito.

    ResponderEliminar