jueves, 20 de octubre de 2011

LA LUZ EL AMOR Y EL PODER, A LA TIERRA

Una vez leí :
Aferrarse al pasado es una pérdida completa de energía. Devolver frecuentemente la película de nuestra vida con pensamientos de lo que pudo haber sido, de las cosas que se dejaron de hacer, los sueños frustrados, etc. es nocivo y lastima. Recuerdo perfectamente una ocasión en la que llamé al teléfono fijo de una persona que acababa de conocer y obtuve el siguiente saludo de su contestador: “hola, no me encuentro en casa. Si tiene algo que contarme sobre el presente, déjeme su mensaje. Si es sobre el pasado o peor aún, sobre el futuro, ni se afane por decírmelo. Gracias”. Aunque quedé pasmada por unos segundos, me pareció divertido y didáctico lo que acababa de escuchar.
Y es que frecuentemente vamos distraídos por la vida, como el tronco que arrastra la corriente, sin detenernos a observar lo que sucede alrededor, atrapados algunos en el pasado, aterrorizados otros, por lo que viene. ¿A quién no le ha pasado que yendo de viaje (aún en un trayecto corto), por estar sumergido en sus pensamientos, se pierde detalles del recorrido? Llegamos a nuestro lugar de destino y no nos damos cuenta ni a qué hora pasó.
Son muchos los autores que han desarrollado este tema del “aquí y el ahora”. Por todos lados escuchamos la frase: “vivir en el presente”; pero son pocas las personas que comprenden y aplican su significado. Antes de explicarlo, abordaré brevemente las trampas de engancharnos en el ayer y con el mañana.
Aferrarse al pasado es una pérdida completa de energía. Devolver frecuentemente la película de nuestra vida con pensamientos de lo que pudo haber sido, de las cosas que se dejaron de hacer, los sueños frustrados, etc. es nocivo y lastima. Otra cosa muy diferente es la retrospectiva, o sea la revisión de las memorias del pasado; que sólo debe ser usada en momentos de evaluación de las lecciones afrontadas para aprender, dar la vuelta a la hoja y seguir adelante. Eso si es válido.
Por otro lado, preocuparse por el futuro tampoco tiene sentido. Es favorable planear los proyectos, pero no lo es obsesionarse con algo que aún no sucede. De hecho, el futuro lo creamos hoy y está condicionado por las elecciones que hacemos o dejamos de hacer. Ambos procesos: añorar el ayer y anticipar el mañana, desgastan energéticamente e inmovilizan a la persona robándose la paz interior y la posibilidad de actuar correctamente en el presente. Aunque literalmente la expresión “vivir en el presente” es algo errada, ya que no se puede escapar del presente (¿quién en realidad vive en una fecha que no sea la de hoy?), Deepak Chopra, médico y escritor hindú, lo relaciona con mantener la atención en lo que existe aquí y ahora, buscando la plenitud en todo momento. Ello requiere tomar conciencia y disciplinar la mente para estar en el presente, ya que nuestro poder de creación y manifestación reside en el ahora.


¿Qué conlleva vivir en el presente?

•Disfrutar de cada momento como una parte del todo, sintiendo además que uno es una pieza valiosa dentro de ese todo.
•Aceptar con amor las cosas tal y como ocurren, entendiendo que el propósito del Padre es perfecto y se manifiesta en todo lo que existe y pasa.
•Sonreírle a la vida, entendiendo que la felicidad ya existe ahora mismo.
•Desistir de lidiar con todo y con todos, tratando de alterar el orden perfecto de la vida y sus procesos. El universo vive a través de cada uno en este momento.
Como siempre, entre los múltiples aspectos con que los ángeles nos pueden ayudar está el permanecer consciente de uno mismo y de su alrededor todo el tiempo, para estar en contacto con la fuerza vital Divina. Si es su deseo, pídale a sus ángeles que le ayuden a vivir en el presente, a apreciar con intensidad y gratitud los regalos y las maravillas que Dios le entrega cada instante.


Algunas sugerencias adicionales para tomar consciencia del momento son :
•Agradezca y bendiga el presente, Acepte la vida como llega y no la desperdicie tratando de controlarla. Mejor, hágase cargo de sus reacciones. Todo el trabajo está por hacerse ahí en su interior. A diario está haciendo elecciones con sus pensamientos, percepciones, sentimientos y acciones.
•Desacelere. Respire profundo y observe detalladamente con total paz su entorno, la naturaleza, las personas. Advierta los sonidos, las fragancias.
•Haga que cada día cuente, apreciando cada experiencia vivida y procurando hacer de cada instante un momento especial. Viva el presente de manera tal que merezca la pena.
•El presente es su realidad y su campo de acción. No es fácil tener un presente placentero sino sabemos dónde estamos, qué queremos y para donde vamos. Así que defina y enfóquese en lo que desea construir en todas las circunstancias.
•No permita que la mente y el ego le arrebaten la majestuosidad del momento actual. Piense y hable del presente, sobre lo que le está ocurriendo ahora mismo. No se involucre en conversaciones de temas del pasado y evite discusiones sobre fatalidades del futuro.
•A menudo haga cortas pausas en su actividad y enfóquese completamente en el presente. Pregúntese: ¿cómo me siento?, ¿qué estoy haciendo?
•Deseche de su vocabulario expresiones como: “si hubiera…” o “que tal si…”. El presente es como debe ser. Todo tiene una razón; es ahora cuando la vida transcurre.
.•Permanezca en conexión con el Creador y pida la asistencia de sus ángeles para aceptar y encontrarle gusto a cada experiencia.
Solo usted decide lo que quiere hacer en este momento. Centre su Ser en el ahora y no permita que el pasado o el futuro se entrometan. Recuerde: ¡la vida es un eterno presente!




" El tiempo es demasiado lento para los que esperan, demasiado rápido para los que temen, demasiado largo para los que lamentan, demasiado corto para los que celebran. Pero para los que aman, el tiempo es la eternidad."

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