domingo, 29 de enero de 2012

TENGO UN MONSTRUO CONMIGO

No se expresar el dolor de conocer los monstruos, pude comprender que no solo viven en los cuentos o en la imaginación.


Conozco un monstruo que me ronda en los abismos de los días, las atrocidades impensables que abordan mis recuerdos asustan a pesar de no mostrarse como antes.



Recuerdo como tapó lo ocurrido, es grave...Me asusta, porque lo siento presente.
¿Será cuestión de no verlo como ven los niños a los monstruos o precisamente verlo como ellos pues en su desconocimiento no ven la gravedad?
Fui testigo silencioso, no solo de por mi persona sino como implantó y sembró el miedo en mi interior como para tener aún fuerza en sostenerlo.
¿Cómo expresas algo que aterra, como digieres cuando sientes el miedo en tu nuca?
¿Cómo calmas el dolor y pavor cuando las sombras te abordan?
Un silencio obligado, adquirido y aprendido que aún se mantiene en el olvido pero no en el mío.
Los días se labran y también sus huellas, no se borran ni se desprenden así de fácil,
marcó su crueldad, sus atrocidades y aún ni narrarlas sino a puras medias tintas.
¿Cómo fluir con esos sentires? ¿Cómo latir con esos temores? ¿Cómo hacer para vencer? ¿Cómo aliviar entre tanto dolor? ¿Cómo no perderse entre miedos?
¿Cómo ver la luz del camino ente tantos pavores y desabores que quitan aliento a las fuerzas? ¿Cómo acabar con el hastío de lo insano y calmar con consuelo el paso?

1 comentario:

  1. Lo más difícil no es que desaparezca el miedo al monstruo, porque esa creo que es la parte más fácil. Un día, sin más, te das cuenta de que no hay nadie más fuerte que tú y de que ya no puede hacerte nada porque no te dejarías y, entonces, el miedo se va.
    Lo más difícil es todo lo que ha dejado dentro de ti. Eso es muy difícil de arreglar. Años de sufrimiento y lucha constante para sacarlo todo de dentro, pero podremos Nery, podremos.

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