lunes, 26 de marzo de 2012

UN ALICIENTE



Cuando ser sobreviviente afecta en la vida normal es no saber vivir con ello.
Daría lo que fuera por poder, por levantarme cada mañana y a pesar de las secuelas poder actuar normal, poder tomar decisiones o escoger caminos sin que mi pasado se meta por medio.

Me cansa que se trate a alguien así como discapacitada, como inútil u otros términos que me ahorro.
Para muchos es normal situaciones así por desgracia, pero en la realidad no lo es. Es dramático levantarse cada día y luchar porque ser fuerte es la única opción que queda.
Vas descargando el saco que durante años te pesaba en las espaldas y sigues haciendo puentes con las piedras del camino, pero no somos de piedra aunque haya que volverse en situaciones tensas. Sentimos y sufrimos las secuelas y encima tratamos de ayudar de alguna forma a que esto de una vez pare y nuestros blogs sean de otras cosas como recetas de cocina. Pero la triste realidad es que esto no para nunca, las estadísticas son alarmantes y en la calle nos cuesta caminar duramente día tras día. No queremos estadísticas sino la verdad, las preguntas que nunca responden, las leyes que no cambian, los abusos que se suceden....
Yo desearía la no prescripción para poder hacer probar lo que es normal para ellos no lo es para mi y que no soy yo la que debo bajar la cabeza, porque seguiré levantándola y aunque arrastrándome no me morderé la lengua.
Si hacemos repaso en nuestras entradas leeremos como hemos hecho un proceso y hemos avanzado, días peores y días mejores pero estamos en el camino de aprender a vivir con ello.
Muc@s tenemos familias rotas y desestructuradas por ello, a pesar de los intentos o las negaciones, simplemente no funciona. No contamos con nadie salvo en muchas ocasiones entre nosotr@s.
A pesar de ello nuestros blogs han sido nuestros diarios del dolor, de lo que sentimos y vivimos, nada los parará porque el camino sólo está comenzando.
Atrás debemos dejar la mala praxis de profesionales, la ayuda no existente, las ignoradas de los que miran a otro frente, la no ayuda de los que prometen, la soledad de las noches o las letras al vacío....
No obstante aquí estamos de pie aunque agarradas a la baranda del destino o del coraje.
Si un@s pueden no somos menos tenemos que seguir adelante intentándolo.
Que en las soledades sigamos sosteniendo la linterna para que las sombras no nos arrastren.

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