sábado, 10 de marzo de 2012


 


En las tinieblas se espera la luz que no se ve,
ni siquiera el albor de la aurora naciente.
Estaría durmiendo en el silencio de la muerte
y en el sueño lograría reposo siempre...
Al ver el sepulcro cesa por fin el gran ruido,
mueven los impíos donde vienen a descansar
los de fuerzas cansadas por el ruido...
Vana en busca de un tesoro y se sienten transportadas
de gozo y cavan en busca de él sin ganas...
Suenan mis rugidos como los ríos que rompen
los diques e inundan el horror de tal visión,
cuando el sueño vino a las personas me sobrecogí
de pavor y mis huesos estremecieron.
No quedará frustrada la esperanza del mendigo
en el olvido ni dejaré de desplegar mis labios
por muy tenebroso que sea ver las tinieblas de mi sepulcro.

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